La guerra del agua: Increible pero cierto.

El primer barco con agua de Tarragona atraca en el puerto de Barcelona

Lo de la sequia de Barcelona y la guerra por el agua clama al cielo, que nos manden barcos desde Marsella con agua, y que se esten peleando entre las diferentes provincias españolas, es una vergüenza.

Cada vez que hay algún tipo de desastre natural en otros paises, se nos llena la boca de decir las misiones de paz que enviamos, la ayuda internacional ofrecida, la ayuda humanitaria recaudada. Hacemos telemaratones, donde nos cuentan como los infantes de este pais rompen sus cerditos, para ayudar a los niños de los vertederos de Peru, .... Pero no somos capaces, de repartir el agua de este pais, mientras Barcelona se queda seca. Los gallegos, emigrantes por naturaleza, emigrantes por genes, a los que Barcelona nos ha acogido como hijos legítimos en tantas ocasiones, no somos capaces de ofrecer el agua que nos sobra y que en 2 semanas la naturaleza repondrá. Se pelean hasta con los vecinos más próximos. Mientras, en Valencia politizan con cualquier cosa, porque la oposición española, utiliza cualquier ocasión para colgarse la medalla de turno y hacer meritos para las próximas elecciones. Creo que en este caso, esto es alarmante, no se trata de ganar votos, se está jugando con algo fundamental para la gente como es el agua, dejen de pelearse y hagan algo antes de que Barcelona se seque del todo, no hay tiempo para peleas. Me río ahora de esta españa unida, si no somos capaces de ayudarnos entre provincias/comunidades cuando lo necesitamos. Estoy cansada de tanto politicucho de mierda, que no sabe resolver los problemas de verdad cuando es necesario, eso si según vayan llegando los barcos, sonrientes los veremos en la foto, para justificar su implicación en el problema. QUE ASCO!!!!

Lo peor, es que mientras unos nadamos en la abundancia del agua, otros muy cercanos se secan, el caso de Barcelona no es un caso aislado, es la repetición de lo que pasa en el sur, en murcia.... y en mil lugares que si no hacemos algo se convertiran en un desierto inevitablemente y sin marcha atrás.